Las funciones y propiedades del magnesio son numerosas, pero a menudo la correcta ingesta de este mineral no se controla y se tiende a subestimar su importancia para la salud general del organismo.
Funciones y propiedades del magnesio
El magnesio es un mineral esencial para el organismo y es responsable de muchas funciones fisiológicas. Limitarse a decir que el magnesio es bueno para los músculos, el cerebro, los huesos y el corazón sería una simplificación, ya que este nutriente interviene en numerosos procesos metabólicos y en más de 300 reacciones enzimáticas.
El magnesio sirve para regular 5 funciones orgánicas fundamentales relacionadas con:
- El metabolismo: al unirse al ATP formando un enlace estable, el magnesio interviene directamente en el proceso de acumulación, transferencia y liberación de energía.
- Los músculos: el magnesio, a través de su enlace con el ATP, ayuda a transportar la energía a los músculos. Además, interviene directamente en los mecanismos de contracción y relajación muscular, siendo un elemento indispensable para la gestión de las reservas de calcio de las células.
- El sistema nervioso: el magnesio desempeña un papel clave en la síntesis de numerosos neurotransmisores (como la serotonina, melatonina, dopamina, noradrenalina y GABA), contribuyendo al mantenimiento de las funciones cognitivas normales, la regulación del ritmo circadiano y el estado de ánimo. Por si fuera poco, el magnesio también influye en el control del comportamiento, los movimientos voluntarios y la temperatura corporal.
- Los huesos: el magnesio es un mineral fundamental para la absorción del calcio, puesto que influye directamente en el proceso de síntesis de la vitamina D, contribuyendo así a mantener los huesos sanos y fuertes.
- El corazón y la circulación sanguínea: al tener funciones que influyen en los músculos, el magnesio también actúa sobre la contractilidad miocárdica, así como sobre el tono y la resistencia vascular sistémica (RVS).